sábado, 10 de diciembre de 2011

PETRONIO


De sexo, banquetes y otros enigmas…

El Satiricón de Petronio

Si nos remontamos a la corte de Nerón, debemos pensar en Petronio, también  conocido como Arbiter elegantiae, es decir Arbitro de la elegancia, a quien su sentido de la elegancia y el lujo convirtieron en organizador de muchos de los espectáculos que tenían lugar en la corte de Nerón.
Antes bien, debemos aclarar, que en aquél tiempo, la elegancia poco tenía que ver con la vestimenta o el mobiliario, en cuanto a Cayo o Tito Petronio Árbitro (en latín, Gaius Petronius Arbiter), éste apodo hace referencia a  una manera de ser y un estilo de vivir esencialmente “elegante”, definido por una extraordinaria inteligencia y sentido del humor desbordante, creativo y amoral, brillante, cínico y profundo en su pensamiento, pero ligero y edonista en su conducta.
La figura de Petronio, ha servido como personajes para otras obras de la literatura, entre ellas  Quo vadis del escritor Henryk Sienkiewicz, que posteriormente fue interpretado por el actor Leo Genn, en la adaptación cinematográfica.
Aunque al igual que sus datos se dudaba de su obra, hoy en día se ha comprobado que Petronio es el autor de la obra El satiricón, una de las primeras narraciones que adopta la forma de lo que hoy llamamos “novela”, género que no era común en la antigüedad clásica, aunque por desgracia ha llegado hasta nuestros días incompleta, pues le faltan el inicio y el final, al leerla se puede aún disfrutar del estilo irónico con el que Petronio retrató la vida cotidiana de los latinos de aquella época.
La obra logró llegar a nuestros días en tres momentos de la historia, una primera parte apareció en 1476 y se publicó en Milán, en 1482. Casi un siglo después, en 1564, se encontró un conjunto de fragmentos que junto con los anteriores, dieron lugar a varias ediciones. Por último, un siglo más tarde, en la biblioteca de Nicolás Cippio, en Traur, Yugoslavia, se encontraron otros fragmentos que concuerdan con el original, y que dan origen a la versión más completa que podemos leer de El Satiricón, hoy en día.
El satiricón, narra las aventuras de tres jóvenes, Encolpio, Ascilto y Gitón, éste último, manzana de la discordia entre los dos primeros amigos quienes se disputan su amor durante toda la historia. También se pueden disfrutar de algunos cuetos milesios, pequeñas narraciones sobre todo eróticas, de tradición popular, que se transmitían de manera oral en aquellos años y que Petronio integra a su narración eficazmente para que nuestros personajes tomen parte en dichas historias.
Aunque su narrador, Encolpio, se expresa siempre en el mejor latín, la obra es esencialmente valiosa por los coloquialismos en los diálogos de muchos de sus personajes que por ende ofrecen un interesante objeto de estudio sobre el latín vulgar de la época.
El capítulo más extenso que podemos disfrutar de el Satiricón, es el famoso banquete de Trimalción, un liberto que se vuelve exageradamente rico, y que mediante el ofrecimiento de dicho banquete, presume de todos sus bienes y deleita a sus amigos e invitados con los manjares más exóticos que se pueden ofrecer en una reunión así, todo para que simplemente se den cuenta del todo poder al alcance de su mano.
Se dice incluso que, éste capítulo en especial, fue hecho especialmente para satirizar la vida Nerón, y no podría estar más de acuerdo, pues Petronio describe en Trimalción, a un hombre adinerado, que no sabe qué hacer con lo que tiene, y a quien además tacha de ignorante por medio de diversos diálogos en los que Trimalción hace citas erróneas, confunde nombre de la literatura, e incluso se adjudica frases de carácter filosófico, según su propio criterio, y que no son otra cosa que ironías o palabras bien sabidas.
Es incluso por esto que dicen, Nerón mandó deshacerse de todas las copias y a consecuencia, sólo hemos podido disfrutar de una obra erótica, que si bien llegó a nuestros días mutilada, no deja de carecer de una riqueza extraordinaria, tanto en lenguaje, cultura y tradición de la Roma de aquella época, así como de sabias palabras que nos permiten entender el sobrenombre del árbitro de la elegancia:

  “Mejor sería otorgar mayor paciencia y graduación en sus estudios, afinando el gusto en la lectura de buenos libros, trabajando el estilo con despiadada crítica, escuchando calmosamente los modelos que se pretende imitar, descubriendo que no es lo mejor aquello que deslumbra a la juventud.”

Pues en su notable escritura y su impecable expresión podemos rescatar el alma de Petronio y dejarnos llevar por su sentido de la elegancia y tal vez, volvernos después de leerlo, un poco más elegantes.

BIBLIOGRAFÍA
Petronio, El SatiricónGrupo Editorial Tomo, México 2003, 379 págs.

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