De su obra cabe decir que fue extensa y que escribió tanto en lengua latina como en griega, pero, por desgracia, de toda su producción tan sólo se han conservado dos obras prácticamente completas: Las vidas de los doce césares (De vita Caesarum) y el De grammaticis et rhetoribus. En estado más fragmentario nos han llegado el De poetis, y, quizá retrabajado por autores posteriores, el De viris illustribus ("Sobre los hombre ilustres"), que posiblemente fueron los libros 11-19 de su perdida Pratum de rebus variis (supuesta composición de esta obra).
Las Vidas de los Doce Césares
Su obra capital, que dedicó a su citado amigo y prefecto del pretorio C. Septicio Claro, fue De vita Caesarum, citada también como Vitae Caesarum (h. 121), una serie de biografías de los once primeros emperadores, de Augusto a Domiciano, añadiendo al principio la de Julio César, obra que ha brindado a la Historia una gran cantidad de datos sobre la vida privada y el gobierno de los emperadores romanos, aunque en ocasiones se centra más en cuestiones superficiales y en algunos casos escandalosos que en un estudio profundo de los hechos históricos. Pese a ello, este libro fue muy popular durante la Edad Media, en especial por su estilo de escritura fluido y llano, libre de artificios, en el que Suetonio pone siempre en primer lugar del párrafo la palabra más importante; usa tecnicismos, términos griegos y muchas citas, a veces bastante extensas. En cuanto a la estructura de sus biografías, parece más bien alejandrino que peripatético, ya que no procede tanto por orden cronológico como por categorías, como se hacía en el caso de las biografías de personalidades literarias; las categorías que utiliza son sin embargo enteramente romanas, las siguientes: estirpe, familia, nacimiento, educación, toga virilis, comienzos de la carrera, empresas guerreras, vida privada, prodigios, muerte, testamento.
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