“Quien habla todo lo que le place,
ha de escuchar lo que no le place”
Alceo de Mitilene (en griego Ἀλκαῖος, Alkaĩos, latinizado como Alcaeus) fue un poeta griego de la Antigüedad, natural de Mitilene, ciudad de la isla de Lesbos (circa 630 a. C. - circa 580 a. C.).
Fue contemporáneo y presunto amor de la poetisa Safo, con quien intercambiaba poemas. Era miembro de la clase aristocrática gobernante de Mitilene, la principal ciudad de la isla de Lesbos, en la cual se vio inmerso a lo largo de
su vida en conflictos políticos y disputas internas. Alceo apoyó a su clase
contra los tiranos advenedizos que se autoproclamaron como la voz del pueblo, por lo cual se
vio obligado a pasar mucho tiempo en el exilio. Se dice que logró reconciliarse
con Pitaco, el gobernante
escogido por el partido populista, y gracias a ello pudo retornar finalmente a
Lesbos. La fecha exacta de su muerte es incierta.
Sus poemas fueron reunidos en 10 volúmenes, con
profundos comentarios, por los eruditos alejandrinos Aristófanes de Bizancio y Aristarco de Samotracia en el siglo III a. C. Sin embargo, la poesía de Alceo ha sobrevivido sólo
en anotaciones (Los luchadores son la fuerza de la ciudad), por lo cual
es difícil juzgar su obra sin tener en cuenta su gran reputación en la
Antigüedad. Sus poemas, que fueron redactados en el dialecto eólico del griego,
tratan acerca de varios temas: himnos a los dioses; comentarios políticos o
militares, en ocasiones de índole personal; y por último canciones de amor y
canciones báquicas, la clase de poesía que podía ser leída en un simposio. Todos los eruditos de Alejandría afirmaban que Alceo fue el segundo de
los nueve grandes poetas líricos canónicos. El considerable número de fragmentos existente, y las traducciones de
Alceo al latín hechas por Horacio, quien lo consideraba su gran modelo, pueden ayudarnos a forjarnos una idea
del carácter de sus poemas.
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