sábado, 10 de diciembre de 2011

OBRA DE TEÓCRITO


Es considerado el poeta del amor y de la simplicidad de la naturaleza y las costumbres campesinas. Supo aunar lo dramático y lo lírico en una treintena de sus llamados Idilios (‘poemitas’ en griego), canciones dialogadas en su mayor parte entre pastores que se cuentan sus penas de amor en mitad de un paisaje paradisíaco que el autor identificó con la región griega de Arcadia. También compuso epigramas. Utilizó el dialecto dórico de Sicilia y creó un género que fue continuado por Mosco de Siracusa y Bión de Esmirna.
Su obra poética se puede dividir en tres grupos, atendiendo al género: poemas bucólicos, poemas de tema mitológico y mimos.
Idilios y poemas bucólicos
Los escenarios son campestres, los protagonistas son pastores, vaqueros o cabreros, hay ganados que pastan y multitud de términos pastoriles. El tema suele ser erótico y los cánticos y la música están presentes continuamente. Sin embargo, los hechos son más complejos: por ejemplo, el poema III reproduce el género como o ronda, que es de origen urbano.
A este grupo pertenecen también poemas que, como el XX, XXI y XXVII, contienen algunos elementos rurales. En bastantes de ellos se alterna el diálogo o el relato con canciones, elemento que hace intervenir la música y que quedará para la posteridad como uno de los signos típicos de la pastoral. Los temas de estas canciones suelen ser eróticos o míticos.
Himnos y épica
A este grupo pertenecen todos los poemas de tema mitológicos y que pueden ser englobados en géneros como la épica y el himno. Es el caso de los poemas XIII, XVIII, XXII, XXIV, XXV y XXVI, así como el poema titulado Berenice.
Algunos de estos textos representan un tipo de poesía con grandes innovaciones respecto a los modelos antiguos; sus materias míticas son sometidas a un tratamiento antiheroico y humanizador, que reduce la estatura moral de los héroes hasta aproximarlos al hombre de la época. En el plano formal, esto se complementa con la parcelación de las antiguas sagas, de modo que aparece ante nuestros ojos tan sólo algún episodio aislado.
Mimos
Se trata de idilios de marcado carácter urbano, como por ejemplo el II y el XV. En estos textos Teócrito practica un género que a lo largo de los siglos III y II adquirió un gran auge, pero con claro distanciamiento de sus orígenes populares. Se trata de un tipo de mimo que, más estrictamente dramático en el caso de su contemporáneo Herodas, con frecuencia es contaminado en Teócrito con elementos épicos y líricos.



EL LADRÓN DE MIEL
Una abeja maligna picó un día
a Eros que robaba una colmena,
y le picó en la punta de los dedos.
Eros patea, grita, se lamenta,
se sopla las heridas y a Afrodita
mostrando su dolor, llora y se queja
de que por ser tan pequeño y diminuto
produzca unas heridas tan cruentas.
..................................
Y la madre, riendo, dice al hijo:
-¿no eres tú semejante a las abejas?
Tú también, hijo mío eres pequeño
¡pero qué heridas tan terribles dejas!



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