sábado, 10 de diciembre de 2011

OBRA DE EURÍPIDES


Conservamos dieciocho obras de Eurípides ( compuso en torno a las 92 )  pues el Reso se considera apócrifa - no auténtica - y un drama satírico - Ciclope -que nos ha llegado a través de textos medievales. Además una cantidad de fragmentos pertenecientes a sus obras perdidas que supera con creces a la de la totalidad de los fragmentos de Sófocles y Esquilo. Estas obras son: Alcestis, Medea, Los Heráclidas, Hipólito, Andrómaca, Las Suplicantes, Hécuba, Ión, Heracles, Las Troyanas, Electra, Helena, Ifigenia en Tauride, Las Fenicias, Orestes, y las compuestas en su estancia en Macedonia Ifigenia en Aúlide, y Las Bacantes. Trataremos solo las 4 más importantes:
La más antigua que se nos ha conservado, Alcestis, es del año 438 a.C.y su primera presentación en público en 455, ocupando el cuarto lugar, con tres tragedias perdidas, que en Esquilo se reservaba al drama satírico. No es propiamente una tragedia, sino un cuento entre sentimental y humorístico. El mito ya había sido tratado por otros trágicos como Frínico y expresa cómo el rey Admeto es salvado por su esposa Alcestis, que consiente en morir en su lugar y finalmente es arrebatada a la muerte por Heracles, reuniéndose ambos en un prometedor futuro. Eurípides sigue el mito pero cambia la interpretación de los personajes : Admeto, que debería ser noble y heroico, es cobarde y ridículo, permitiendo que su mujer muera por él y compadeciéndose de sí mismo.
En Medea (431) la innovación del antiguo mito es mayor. Eurípides crea una tragedia de gran fuerza psicológica en la que convierte a Medea en asesina de sus hijos para vengarse de la infidelidad de Jasón. Ella que ha engañado y matado por seguirlo, contra la voluntad de su padre, no puede aceptar la boda de Jasón con la hija del rey de Corinto. Mediante un ardid, propio de una maga, mata a la joven desposada con el regalo de un vestido embrujado, privando a Jasón de su amor. Finalmente Medea es arrebatada, y liberada de las iras de los corintios en el carro del Sol, un antepasado suyo. En esta obra muestra el autor las fuerzas antagónicas del alma humana : Medea lucha entre su deseo de venganza y el amor por sus hijos. Es la heroína contrapuesta a las de Sófocles y Esquilo, pues es una mujer llevada por sus pasiones, extranjera y maga, lo cual escandalizó a sus conciudadanos.
En Hipólito (428) también el conflicto trágico surge con gran intensidad: Fedra, hija de Minos y esposa de Teseo, enamorada de su hijastro Hipólito, que no la corresponde, lleva a la perdición a  padre e hijo y ella misma se da muerte. De esta obra parece que hubo una primera versión en la cual el motivo erótico era dominante y que fue retirada por la indignación de los atenienses al ver en el escenario los desenfrenos amorosos de Fedra. En la segunda versión, la protagonista guarda con dolor en su interior sus sentimientos y solo se produce la catástrofe final tras la actuación de la nodriza a quién revela el secreto. Fedra va a la muerte por salvar su honor y por afán de venganza deja la carta fatal, en la que acusa a Hipólito de atentar contra su honra, llevándole a la perdición. En esta obra es importante el papel de las diosas Afrodita y Ártemis, muy estudiado por la crítica.
Las Bacantes  es la más pegada a la tradición en la forma, a la vez que la más original en contenido. El argumento consiste en el enfrentamiento de Penteo, rey de Tebas, con Dioniso y su culto y el terrible castigo que recibe por ello: es despedazado por las Ménades de Dioniso, cuyo grupo preside su propia madre arrebatada por la locura orgiástica. La escena en que la madre corona con  la cabeza de su hijo su cortejo de bacante y da gritos de júbilo por el botín es de gran audacia. Quizá el sentido último de la obra sea representar la trágica oposición entre el intento del hombre por afirmarse en lo racional y la fuerza innegable del mundo e lo irracional.


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